El puente metálico desde el lado de la estación de Baúl
PUENTE SOBRE EL ARROYO BAÚL (BAÚL)
No se trata de uno de los puentes más largos, ni más altos, pero es sin duda uno de los más bonitos que nos podemos encontrar en toda la red ferroviaria española, actual o fuera de servicio. Y lo es por el paraje en el que se ubica, un espectacular cañón pedregoso que corta limpiamente la inmensa estepa del altiplano granadino, como por su elegante figura de vigas metálicas en forma de cruz de San Andrés. Este viaducto pertenece a la línea Baza-Granada, de cuya concesión era titular la sociedad The Granada Railway Company, que en 1902 completó la unión de la transversal ferroviaria Murcia-Granada, si bien alternando el trayecto con otras tres compañías. Sin embargo, en el exhaustivo inventario de puentes editado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles figura como fecha de construcción la de 1907. Es de suponer que desde la apertura de la línea hasta la construcción del puente se habría optado por alguna solución provisional.
Historia
La longitud del puente es de 145 metros, y es de factura íntegramente metálica, incluidos los dos castilletes que descansan sobre pilotes de hormigón. La consistencia del terreno aconsejaría aligerar la estructura, renunciando a la sillería. El inconveniente de esta solución constructiva era la limitada carga que podían soportar, lo que obligó a utilizar un material motor específicamente adaptado a esas condiciones, como lo fueron las míticas locomotoras diesel Alco de la serie 1300. La visita es muy fácil, pues se encuentra en las inmediaciones de la pedanía bastetana de Baúl, justo a la salida de la estación. El edificio de la misma responde a la misma tipología de las estaciones de la vecina compañía Great Southern of Spain Railway, también conocido como Ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas (LBA). De hecho, las marquesinas de aire inequívocamente británico son idénticas a las que nos encontramos en la línea del Almanzora.
Estación de Baúl, con el depósito de agua al fondo
Como ya se ha indicado para la estación de Baza, el cierre de la línea Guadix-Almendricos en 1984 supuso el cierre doloroso de una página gloriosa en la historia del ferrocarril en el sureste de España. Haber aguantado el déficit unos pocos años más hubiera permitido aprovechar después el nuevo material motor de menor consumo que, con las necesarias inversiones para la mejora de la línea, hubieran evitado ese inmenso desierto ferroviario que se extiende por todo el cuadrante sur-este de la Península. Aunque el puente no se encuentra habilitado expresamente para su uso peatonal, su estado permite transitarlo sin problemas, si bien declinamos la responsabilidad de cualquier accidente que pudiera acaecer. Mucho se ha hablado de la creación de una Vía Verde, pero hasta ahora no se ha pasado de las buenas intenciones. Llama la atención encontrar un depósito de agua y una grúa-aguada en una estación tan pequeña. La causa no es otra que el cambio de pendiente del perfil de la línea. Viniendo de Baza y Zújar-Freila, la subida es continua para, a partir de Baúl, enfilar un suave descenso que se hará más pronunciado en el valle de Gor. Era, por tanto, un punto obligado para que las locomotoras de vapor fueran cargadas de agua. El edificio de la estación está habilitado como vivienda en la actualidad, y el andén usado como aparcamiento, en una imagen bien poco ferroviaria, que no podemos por menos que lamentar.