Chimenea de la máquina de vapor
FUNDICIÓN HEREDIA DE PESCADERÍA (ALMERÍA)
Las fundiciones de plomo almerienses se concentraron durante todo “Siglo Minero”, el XIX, en torno a Adra y el tramo de costa entre Garrucha y Villaricos, pero también llegaron a establecerse algunas en Almería capital. En 1848 había tres fundiciones: la de Nicolás Marín, con dos hornos de primera fundición y uno de segunda, además de una torre de perdigones, que aún hoy se mantiene en pie entre las calles Murcia y Granada, utilizada como precaria vivienda; la de Luis López Quesada y Santiago Schidnagel, denominada “Molinos de Viento”, y la de V. Blasco. Todas ellas beneficiaban galena de Sierra de Gádor, de Cabo de Gata y de Almagrera. Más tarde, en 1854, se construye la fundición que estudiamos en este apartado. Fallecido Manuel Agustín Heredia en 1846, sus herederos continuaron su labor, y decidieron implantar un nuevo establecimiento para la concentración de plomos de baja ley. Ya se habían hecho cargo en 1837 de la emblemática Fundición San Andrés, de Adra.
Chimenea de humos, y galerías de condensación
Así describe la Revista Minera su inauguración:
"El 25 del mes de abril pasado se inauguró en Almería la fábrica de desplatación por el ingenioso sistema de Pattinson, propia de los señores Heredia de Málaga, (...). A este acto asistieron todas las autoridades de la capital, el inspector del distrito y el único ingeniero que hay hoy en la provincia, con varios convidados, a cuya presencia se procedió a la cristalización del plomo en una de las calderas, verificándose esta operación tan pronto y con tal perfección, que en nada tienen que envidiar nuestros operarios, hijos todos del país, a los más prácticos del estranjero (sic). Esta fábrica se conocerá con el nombre de Santo Tomás. El taller de calderas, que consta de un solo juego de 8, inclusa la del plomo pobre, siendo sencillo en su construcción, reune las mejores condiciones de desahogo, ventilación y comodidad para el obrero, dándole cierto aspecto de magnificencia 7 arcos de sillería que forman la nave, sobre los cuales se apoyan las maderas del techo que tiene una elevación de 10 varas. Dos hornos reverberos con plaza de piedra, uno de dulcificación de plomos y otro de reducción de óxidos, completan los aparatos de este vasto taller. La casa de los señores Heredia, que fue la primera que importó en España un descubrimiento que ha hecho una gran revolución en la metalurgia del plomo y del que nuestro país quizá más que ningún otro ha obtenido y está llamado a obtener óptimos frutos, cuenta hoy en la costa del Mediodía con cuatro juegos de calderas, dos en Adra, uno en Motril y el último del que nos ocupamos. Plácenos sobremanera consignar el fruto de los esfuerzos de nuestros capitalistas por el desarrollo de la industria nacional, que sirve de fuente copiosa á millones de familias".
Coincide el inicio de su actividad con el momento en que la casa Heredia se asienta como la principal exportadora de plomo, desplazando a los Figueroa. La construcción de Santo Tomás resultó en cierto modo paradójica, pues justo por aquel entonces tuvo lugar un cambio de la normativa estatal respecto a los plomos argentíferos, permitiendo su exportación sin desplatar. Así, los productores locales no se veían obligados a vender a las fundiciones, sino que podían limitarse a embarcar el mineral. Esto provocó el cierre de numerosos establecimientos a lo largo de toda la costa. La explicación está en la avanzada tecnología de la que siempre hicieron gala los negocios de los Heredia. Esto les permitía competir en precios con las fundiciones extranjeras. En particular, Santo Tomás consistía en una batería de calderas “Pattinson”.
Pese a todo, su volumen de producción no llegó nunca a ser demasiado elevado, manteniéndose hasta los años ochenta con una producción media de poco más de mil marcos anuales. (Miguel Ángel Pérez de Perceval en “La minería almeriense contemporánea 1800-1930)”.
Situada en pleno barrio de Pescadería, lo único que ha quedado en pie ha sido la hermosa chimenea cuadrada de ladrillo rojo que se distingue al entrar en la ciudad desde los acantilados del Cañarete. Se encuentra rodeada de viviendas, y su estado aparenta ser preocupante. Además, en las últimas estribaciones de la Sierra de Gádor, por encima de la Alcazaba y cerca de la Autovía se ven los restos de un par de chimeneas circulares, y sus correspondientes galerías de condensación, que servían para enfriar los gases y provocar la condensación del plomo en las paredes, obteniendo rentabilidad económica y reduciendo los efectos nocivos de la emisión de gases.
Localización y restos
Situada en pleno barrio de Pescadería, lo único que ha quedado en pie ha sido la hermosa chimenea cuadrada de ladrillo rojo que se distingue al entrar en la ciudad desde los acantilados del Cañarete. Se encuentra rodeada de viviendas, y su estado aparenta ser preocupante. Además, en las últimas estribaciones de la Sierra de Gádor, por encima de la Alcazaba y cerca de la Autovía se ven los restos de un par de chimeneas circulares, y sus correspondientes galerías de condensación, que servían para enfriar los gases y provocar la condensación del plomo en las paredes, obteniendo rentabilidad económica y reduciendo los efectos nocivos de la emisión de gases.
Protección legal
Protegido como Inmueble nº 3 del Anexo de la Resolución de 7 de enero de 2004, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir colectivamente con carácter genérico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz cuarenta y cuatro Bienes Inmuebles pertenecientes al Patrimonio Industrial relacionados con la minería de los siglosXIX y XX en la provincia de Almería (BOJA nº 29 de 12/02/2004).